El valor del Coaching
Por: Alejandro Delgado-Perea -Coach profesional Certificado ACC/ICF
Las personas son por naturaleza transcendentes, completas, creativas y están llenas de recursos. Esta es una premisa fundamental que subyace en el Coaching. Investigaciones ponen de manifiesto que cuando los líderes tienen altas expectativas y confían en su grupo –aún más allá de sus capacidades aparentes-, el rendimiento y los resultados superan todo pronóstico.
En un entorno en el cual los integrantes de una organización son valorados, en el que se les anima a que se enfoquen en el desarrollo de lo que es más importante para ellos, donde los valores corporativos y los individuales está alineados y son coherentes con el desarrollo integral de la persona, se observa un clima propicio en la organización que se refleja en la satisfacción de las personas en su puesto de trabajo que, sin duda, conduce a la productividad.
Qué es Coaching
El Coaching profesional es una relación que ayuda a las personas a generar cambios significativos y producir resultados extraordinarios en sus vidas, carreras, negocios y organizaciones. A través de un proceso de coaching el cliente eleva su conciencia, profundiza su aprendizaje, mejora su desempeño y enriquece su calidad de vida.
La relación entre el Coach y su cliente se construye para acompañar y apoyar a este último en el logro de resultados extraordinarios, con base en metas que el mismo cliente establece, y en el conocimiento o descubrimiento de su propio potencial. El cliente puede experimentar nuevas perspectivas en relación con sus desafíos y oportunidades, mejorar sus habilidades para tomar decisiones, elevar la conciencia de sí mismo, mejorar su efectividad interpersonal y aumentar su confianza y competencias en el desarrollo de los roles que escoge para su trabajo o su vida. Desde el coaching se forma un compromiso mutuo para que el cliente asuma la responsabilidad con el logro de los propósitos que busca, bien sea en sus relaciones con los demás, productividad, satisfacción personal con la vida o con el trabajo, propósito vital y, en general, metas personalmente significativas.
El coaching se construye a partir de la alianza que se crea entre el coach y su cliente (coachee). El coach ve a su cliente en toda su potencial, no se forma juicios sobre él sino que, por el contrario, lo acompaña, sin protegerlo, porque de lo contrario sería restarle grandeza. Desde esa alianza se construyen formas de diálogo, posibilidades para preguntas reveladoras y espacios de aprendizaje.
Cuánto dura una relación de Coaching
La duración de una relación de Coaching varía dependiendo de la naturaleza del coaching, las necesidades de la organización y del cliente, y los acuerdos que se logren entre todos. Para ciertos tipos de Coaching enfocado, un trabajo entre 3 y 6 meses puede ser suficiente. Los objetivos, la frecuencia de las sesiones, el compromiso del cliente, entre otros, son factores que influyen en la duración del proceso.
Incertidumbre y agenda del cliente
Se espera que el cliente (bien sea una persona, un equipo o la organización como un todo), y no el coach, defina y enuncie su propósito dentro del proceso de coaching (su aspiración). En el caso de coaching de equipos, se construyen dinámicas diseñadas para acompañar a los equipos en la definición de su aspiración como colectivo. De modo similar, el foco de los procesos individuales y el de cada sesión es definido por cada coachee, en armonía con los propósitos (aspiraciones) del equipo (o la organización).
De acuerdo con lo anterior, es claro que en coaching la agenda específica del proceso no se define de antemano. El coach acompaña al grupo y al cliente individual en su camino y al ritmo de su aprendizaje y nivel de conciencia, y por ello permite que el proceso –del equipo y de cada coachee- se lleve a cabo en la incertidumbre, desde la confianza en la grandeza del equipo y de cada integrante.
Supuestos esenciales del coaching
¿Qué se puede esperar de un Coach en una Relación de Coaching?
- Ayuda al cliente a precisar sus aspiraciones, y se alinea con ellas
- Escucha atenta y profunda
- Formulación de preguntas (algunas de ellas confrontadoras) y manejo de los silencios
- Sinceridad
- Integridad y cumplimiento del código de ética de la ICF
- Disposición y compromiso de acompañar al cliente en su crecimiento, en el camino hacia logros significativos y en el desarrollo de auto-conciencia (descubrimiento interior)
- Desafío al cliente a lograr su máximos potencial
- Estimula en el cliente la generación de soluciones concretas que pueda llevar a la acción
- Confidencialidad
- Respeto de los límites profesionales y los que imponga el cliente
- Ausencia de juicios de valor
- Se asegura de que el cliente sea el responsable de su propio proceso y los resultados
- Puntualidad
¿Qué se necesita del cliente para lograr efectividad en el Coaching?
- Foco: en su propio ser
- Observación: de sí mismo y los demás
- Escucha: A su propia intuición, supuestos y juicios
- Auto disciplina: para desafiar sus actitudes, creencias y comportamientos, e incluso sus valores, y desarrollar algunos nuevos que sirvan de base para el logro de sus metas
- Acciones decisivas: a pesar de la incomodidad y los temores que puedan surgir al caminar por el camino nuevo que lo lleve a alcanzar lo extraordinario
- Compasión: Por sí mismo a medida que experimenta nuevos comportamientos o sufre reveses
- Humor: Compromiso para no tomarse a sí mismo muy en serio, usando el humor para iluminar cada situación.
Cómo puede medirse el éxito del proceso de Coaching
La medición puede realizarse a partir de indicadores externos e internos, -que por lo general diseñan en conjunto coach/cliente- con base en variables que pueden ser vistas, obtenidas y cuantificadas del entorno del individuo, del equipo o de la organización. Las internas corresponden a factores que son inherentes al individuo o al equipo que recibe Coaching, y que están bajo el control o ejecución del individuo o el equipo (indicadores de productividad individual, resultados personales, logro de una meta puntual). Las externas corresponden a medidas objetivas observables por terceros, y que no están íntima y directamente controladas por el coachee o el equipo (aumento en la eficiencia corporativa, indicadores globales corporativos).
En un proceso de coaching, por lo general, no es razonable garantizar resultados específicos, por varias razones fáciles de comprender. Por ejemplo, en ocasiones, en el transcurrir del proceso, el cliente (persona u organización) puede hacer conciencia de que lo que en verdad quiere (y necesita) no está en la línea de sus aspiraciones iniciales. El coaching, por demás, parte del supuesto de que el cliente tiene todo lo necesario para generar los cambios y resultados que busca -la grandeza del cliente es premisa esencial-, y es, en últimas, el único responsable de lo que suceda.
Qué credenciales debe tener el coach profesional
Es fundamental que cada uno de los integrantes del equipo de coaches que participen en la intervención exhiban dos credenciales: certificación de una escuela de coaching acreditada (la certificación debe indicar el número de horas de clase, que no deberá ser inferior a 120 -sin contar la práctica, que debe ser adicional y no inferior a 100 horas), y la certificación /Acreditación de un organismo internacional debidamente reconocido (superior a la Escuela de formación), tal como la International Coach Federation -ICF.